miércoles, 11 de junio de 2008

Indócil

De pequeño solían matarme pájaros en la cabeza
a ver si hablaba”.

Simón Petit

Bajo la cama, el silencio era premio, salvación. Recuerdo hace años los amigos de Camilo, unos malditos locos que vivían al límite. Llegaban a casa, destruían la sala y se iban a bailar a las tabernas habitadas por pistoleros.

Eres el eterno dinosaurio hijo –Me dijo un hombre un buen día-. Salí de debajo de la cama, y abrí los ojos de allí en adelante. Recuerdo cicatrices, temores, el pasacanales en mi pie, y aquella vez que caí al foso de la calle. Eso fue divertido (casi muero ahogado).

Meses después, encontré un mapa brillante y era mío. Stifenson, mi primo, tenía una puntería sagaz, acababa con todo, les ganaba el dinero a todos, era mi héroe.

En mi mente habían senos, cuentas, saldos, vidas clausuradas y techos color sepia. La mejor casa que he tenido es ésta, la del techo, la que está enfrente de mi cama. Arriba veo extraños signos, imágenes, el agua que le caía al secar se convertía en magníficas grutas hacia Leonardo, Miró, Kleé.

Nunca dejamos esa casa, los locos jamás volvieron. Camilo, estrellándose a los autos era feliz.

Años después supe que Stifenson, abrazado de cáncer, huía en las noches, y ya al amanecer jugaba partidas, donde ganaba de nuevo todo a todos. Él era el delirio mismo. Las gentes envidiaban su suerte. Yo siempre lo envidié, era mi héroe.



ºººº· Entre ella y yo hay un bosque

cortos ramales se enredan de pronto

en la memoria

en mi verde orfanato

de hormigas

La tina de moho

es claro manantial

y ella

el manglar negro

donde Darwin

es hermoso Dios del fuego

Tengo el bosque conmigo

dulces triceratops lamen las hojas

y muerden el elixir

el polen

Un tembloroso arco iris

ríe

alucinante

y es mi padre

la voz

del prado verde

La enloquecida avestruz

del riachuelo

me habla sobre una extraña niñez

donde bípedos anfibios

son cantos sobrios

ecos del lago

ronquidos de lava

corazón del árbol

donde he nacido en otoño

al lado del iceberg

Se de mi historia

el plan del fuego

la vacía tripulación

donde viajé hasta el oleaje

de una jungla

donde engendraron a mi madre

Silvestres colibríes

murmuran

hacen el amor a oscuras

Veo el universo a solas

extraños nirvanas etéreos

vienen a mí

en camino .ºººº

2 comentarios:

poetarte dijo...

la fotro de arriba de color amarilla es buena el tipo parece un demente en su sanatorio, muy bien lograda esa especxie de esquizofrenia, saludos y tome medicina amigo, le hará bien

яoѕαuяα dijo...

hola, llegue aca porque rosaura me paso esta direccion, no se por que , pero este poema me hizo acordar un libro que lei hace un tiempo, "eva luna" de isabel allende", muy lindo, la verdad...
una opinion, valdria la pena que actualizaras este blog, yo por lo menos, pasaria siempre, saludos...